Noche de caminata, noche de con sabor a melancolía , algo de alcohol y muchas cosas que conversar entre los poleras y después, al llegar a casa, desaparece esa inexplicable premura, esa urgencia ciega, y puedo pasar una hora frente a la computadora, leyendo mis libros de la bausate y correos que tal vez no debería leer.
Duermo pocas horas. Tengo un sueño que me extraña y alarma la costumbre de soñar estar perdido en limbo. Al despertar, digo que estaré allí, pero no porque solo es un maldito sueño. Me era muy difícil creer en Dios cuando el destino embosca la vida como una tragedia, ahora me encomiendo a él todos los días, orando y pidiendo lo mejor para todos y por ahí algo para mí.
Son tres y poseen extrañas formas de sabiduría que tengo, soy ligeramente inteligente pero no siempre puedo demostrarlo porque no encajaría en esta sociedad. Me digo en silencio que en mi próxima aventura con lo poleras, debe ser riesgosa pero son los mejores momentos de mi vida a pesar del frío y una llovizna persistente, nos gusta caminar sin saber adónde ir, dejando que nos sorprenda el azar.
Me detengo unos minutos todos los días para respirar y saber que quiero seguir viviendo, sólo porque quiero mirar, y conversar,. Estos son los momentos caprichosos y felices que, cuando, todavía a oscuras sin no hay una risa enloquecida en mi sino una extraña forma de sabiduría queda en mi interior,. Uno encuentra gente así. Por eso no quiero irme a vivir lejos de esta ciudad….extrañaría demasiado a los poleras mi grandes amigos Miquel, a pancracio .a mi dola ….
0 comentarios:
Publicar un comentario