UNO
No quiero dejar el lugar donde estoy ahora, solo ya no hay la rutina predecible, la certeza de que después de verte me tumbaré a ver una o dos películas, hacer música, escribir hasta no saber lo que escribo. No quiero irme sin decir que también te perdono y gracias por perdonarme, Pero me debo irme porque debo llevar mi luz a otros lugares, Debo irme pero ya no tengo miedo a enfermarme que no me quieran, o que me esperen días tristes.
DOS
ya no me resisto a tomar mi decisión que cambiara` mi vida cada vez que despierto es un nuevo día y no me canso de estar vivo. Tomo una dosis de alegría diariamente y cada noche tomo una dosis más ahora que se que estas bien. Sé fuerte. Resiste. Y también escribe. Solo escribiendo como un demente, con rabia, conseguirás aguantar esas miserias que nos da la vida en el camino. Se me acaba súbitamente mis energías,
TRES
Ya es tarde para reparar el daño que has provocado y que yo he provocado escribiendo palabras descomedidas que te lastimaron. Ya es tarde para pedir perdón, para volver a pedir perdón cuando no hay respuesta y todo es silencio sólo hay que escribir palabras mejores que el silencio. Yo no sé escribir nada mejor que el silencio y, sin embargo, escribo palabras tóxicas, envenenadas, que estallan como un estruendo brutal en los oídos de las personas que más quiero. Es el rasgo de mi carácter que más deploro y, sin embargo, gracias a las personas que me quieren lo he conseguido, eliminar o siquiera atenuar esa forma de ser ya lo sé y me duele y pido disculpas, pero ya es tarde. Y sabiendo que no puedo mejorar el silencio es que te escribo
CUATRO
para algunos suelen decir: cuando te dan limones, haz limonada. Todos los tristes días en Lima la paso haciendo limonadas melodiosas y no tan agrias. Trato de aferrarme a las pocas personas que todavía me quieren o que todavía quieren verme, hablarme, darme un regalo o recibir un regalo de mí. Trato de no lastimar a esas pocas, contadas personas que aún no han desertado de mí. No sé qué me haría sin ellas, si la promesa de una vida nueva parece ser la señal inequívoca, aún te esperan algunas peleas por librar, aún te esperan algunos combates, si algo de coraje queda en ti.
CINCO
No importa ya quién, tiene o tenía la razón, quién hizo tal o cual cosa inapropiada. Lo único que importa (y duele) tu ausencia, el vacío que has dejado en mí, es triste y doloroso porque sé que yo tengo la culpa y tu también la tienes, mal presagio. No es fácil. Pero nada es fácil. Vivir no es fácil para nadie pero uno puede reponerse y estamos bien ahora. Tengo que irme, una vez más, aunque sea ya tarde, esté orgulloso de mí.
SEIS
Hacía más de un año las cosas han cambiado, ciertas amistades se han quebrado. Menos las de mis mejores amigos, miguel, pancra. Dola, no puedo dejar de mencionar a Lourdes, Renato así que sí sale el sol, y los atardeceres tiñen el cielo de unos matices melancólicos que me deslumbran, pasear por esta ciudad seguir vivo o de seguir escribiendo, todo eso mitiga la tristeza y la amargura y la rabia, tomando un café leo que Calamaro deja una discreta señal de sus penas de amor cuando evoca lo que quedó escrito en un libro que supo perdurar: “Vive el águila en su nido, el tigre vive en la selva, y el zorro en la cueva ajena, y en su destino inconstante, solo el hombre vive errante, donde la suerte lo lleva”. Y yo no sé si soy el zorro en cueva ajena o el hombre errante o ambos, sólo tengo la certeza de que el destino es inconstante y que voy adonde la suerte me lleva….y donde el 6 no será un numero de suerte o especial pero que si recuerde
para algunos suelen decir: cuando te dan limones, haz limonada. Todos los tristes días en Lima la paso haciendo limonadas melodiosas y no tan agrias. Trato de aferrarme a las pocas personas que todavía me quieren o que todavía quieren verme, hablarme, darme un regalo o recibir un regalo de mí. Trato de no lastimar a esas pocas, contadas personas que aún no han desertado de mí. No sé qué me haría sin ellas, si la promesa de una vida nueva parece ser la señal inequívoca, aún te esperan algunas peleas por librar, aún te esperan algunos combates, si algo de coraje queda en ti.
CINCO
No importa ya quién, tiene o tenía la razón, quién hizo tal o cual cosa inapropiada. Lo único que importa (y duele) tu ausencia, el vacío que has dejado en mí, es triste y doloroso porque sé que yo tengo la culpa y tu también la tienes, mal presagio. No es fácil. Pero nada es fácil. Vivir no es fácil para nadie pero uno puede reponerse y estamos bien ahora. Tengo que irme, una vez más, aunque sea ya tarde, esté orgulloso de mí.
SEIS
Hacía más de un año las cosas han cambiado, ciertas amistades se han quebrado. Menos las de mis mejores amigos, miguel, pancra. Dola, no puedo dejar de mencionar a Lourdes, Renato así que sí sale el sol, y los atardeceres tiñen el cielo de unos matices melancólicos que me deslumbran, pasear por esta ciudad seguir vivo o de seguir escribiendo, todo eso mitiga la tristeza y la amargura y la rabia, tomando un café leo que Calamaro deja una discreta señal de sus penas de amor cuando evoca lo que quedó escrito en un libro que supo perdurar: “Vive el águila en su nido, el tigre vive en la selva, y el zorro en la cueva ajena, y en su destino inconstante, solo el hombre vive errante, donde la suerte lo lleva”. Y yo no sé si soy el zorro en cueva ajena o el hombre errante o ambos, sólo tengo la certeza de que el destino es inconstante y que voy adonde la suerte me lleva….y donde el 6 no será un numero de suerte o especial pero que si recuerde